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Para lograr un buen producto, es fundamental determinar condiciones ideales de manejo durante la cosecha. Bayas bien desarrolladas, sanas, con madurez apropiada según el color, contenido de azúcares y firmeza, son las condiciones mínimas que cada fruto debe reunir cuando hablamos de calidad. Entre 25-30 días después de iniciada la cosecha, comienzan a evidenciarse niveles de ablandamiento y aumento de podredumbres, principalmente por Alternaria tenuisima. Las condiciones más adecuadas para cosechar serían hacerlo con baja humedad relativa y sin rocío, proteger la fruta de la insolación y trasladarla lo más rápido posible al empaque para su procesamiento y posterior enfriamiento. En Tucumán, Alternaria tenuissima Wiltshire es el agente causal de una de las podredumbres de poscosecha de mayor prevalencia en los cultivos de arándano, con niveles de pérdida que pueden llegar al 100%, principalmente en aquellas variedades más susceptibles. Las recomendaciones para disminuir las pérdidas ocasionadas son el empleo de cultivares resistentes, aplicaciones preventivas de fungicidas específicos, eliminación de inóculo y una adecuada manipulación de la fruta durante la cosecha, el transporte y el almacenamiento. Ensayos realizados en la zona productora de Tucumán por el INTA Famaillá, determinaron como factor clave para reducir la incidencia de este hongo la interacción variedad-momento de cosecha, lo que posiciona a "Misty" como un cultivar de muy buen comportamiento, por tener buena firmeza y sabor.

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