
El productor sojero Hugo Meloni -directivo de APRONOR- plantea cómo tendrían que trabajar sus colegas del sector. Habla de los costos en dólares y de la baja rentabilidad y de los factores negativos que afectan a los agricultores del Norte Argentino.

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Hugo Enrique Meloni, productor e integrante de la Comisión Directiva de APRONOR (Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte), analizó para la Revista PRODUCIÓN Agroindustrial del NOA el presente de la campaña de granos gruesos, en cuanto a los costos y la rentabilidad potencial que podrían obtener a partir del valor del dólar y los precios de comercialización. La siembra de soja ya terminó y el maíz está en sus fechas límites. Podemos decir que ya está cerrada la siembra de la oleaginosa (Este de Tucumán y Oeste de Santiago del Estero) en nuestra zona de influencia. En materia de lluvias es una campaña muy despareja porque tenemos precipitaciones muy desiguales entre zonas linderas: no hay lluvias generalizadas sino sectorizadas en forma de chaparrones. Tuvimos un “bache hídrico” de 2 semanas que atrasó los trabajos en los campos, pero ahora (al viernes 24 de enero) las lluvias comenzaron a mejorar. Incluso, hay productores que están sembrando poroto: tienen una ventana entre el 15 de enero y el 15 de febrero. ¿Cómo vienen con el maíz? Ya está en sus fechas límites para sembrar; hay productores que están trabajando. Pero hay muchos de nuestros colegas que no sombraron por los perjuicios que sufrieron el año pasado con la “chicharrita”. Algunos de estos agricultores se volcaron a la soja y otros al sorgo, como alternativas. En cuanto a la plaga, todos trabajamos bajo el proyecto Salvemos al Maíz. Es una buena experiencia; los monitoreos fueron hechos y vienen muy bien. Esperamos tener un menor impacto que el año pasado. Precios, costos y retenciones siguen siendo un dolor de cabeza. Los precios, con Retenciones, antes eran de U$D 500/tn, y ahora están en U$D 400/tn en Chicago. Pero los productores de granos del Norte enfrentamos varios aspectos negativos: a) Los fletes, que son muy caros porque estamos muy lejos del puerto (U$D 60/tn, que impacta con fuerza; b) Mano de obra, repuestos y gasoil aumentaron más que el precio del dólar; c) El alquiler de los campos; d) Nuestros rindes son bajos: unos 3.000 kg/ha, pero en la Pampa Húmeda empiezan en 4.000 kg/ha, que significa tener entre un 60% y un 70% menos de rindes. Entonces, entre precios y retenciones estamos fuera del juego; dejó de ser negocio producir soja en nuestra zona productiva. Por supuesto que la baja en las Retenciones es una buena noticia, nos mejorarán los ingresos, pero son medidas paliativas. ¿Cómo están con la rentabilidad y los arriendos? La rentabilidad, histórica, fue buena, pero resulta baja al considerar todos los riesgos que tenemos. Debería ser mucho mayor. Pero recordemos que, en un lapso de 5 campañas, tuvimos 3 buenas y 2 malas. Pero hoy no podemos seguir produciendo así. Y respecto de los arriendos, los contratos oscilan entre el 20% y el 25% de la soja cosechada, y otros piden montos fijos en dólares y por adelantada. Significa una locura. En cuanto a los “pooles de siembra”, ellos trabajan a gran escala, lo que termina afectando al productor chico y mediano, porque esos grupos grandes tienen una espalda financiera más fuerte, contra lo que es imposible competir. ¿Tendrían que afinar el manejo de sus costos propios? La tendencia debería ser trabajar con más prolijidad con nuestros costos propios. Por ejemplo, ajustar las dosis de agroquímicos y las frecuencias de aplicación, pero eso afectará la calidad y cantidad de los granos producidos. Hay insumos en dólares que bajaron, respecto de 2022 y 2023 cuando los laboratorios duplicaron sus precios. Recordemos, por ejemplo, cuando la crisis que enfrentó China, el glifosato pasó de U$S 6,50/tn a los U$S 17/tn. Hoy los precios están un poco por arriba de los valores históricos, pero deberíamos trabajar muy fino para mejorar nuestros costos. Con estos valores y costos, hay colegas que están dejando de fertilizar, por ejemplo. Y en esto, sería bueno si el Gobierno nos apoya incentivando a que fertilicemos, y todos ganaríamos. Porque fertilizamos tenemos plantas más sanas, robustas y resistentes. Pero con menos fertilización produciremos menos granos y de calidad más baja. ¿Qué perspectivas tienen para la Campaña 2025? En superficie cubierta, los productores que consultamos estiman que la superficie sembrada será similar a la del año 2024, sembrando como preveían. Hasta ahora aguantaron los perfiles de humedad del suelo, donde muchos están muy buenos. Como ya comenté, tuvimos un espacio de unos 15 días sin agua, pero se recompuso. Pero esto de las lluvias es semana a semana. Ahora estamos en floración y necesitamos más agua. Esperamos que llegue.


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