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El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recuerda a los productores tamberos que las medidas preventivas y un manejo adecuado de la sanidad durante la recría garantizan un futuro productivo eficiente en la vida adulta de la vaca lechera. Si bien la alimentación y la genética influyen directamente, un manejo sanitario adecuado resulta fundamental para alcanzar una buena ganancia diaria de peso (GDP) en los animales. Asimismo, debe priorizarse la adecuación al calendario sanitario, según la zona y el ambiente, ya que la prevención permite adelantar el primer servicio, mejorar la longevidad y maximizar la productividad del rodeo adulto. El plan sanitario debe entenderse como un pilar de la producción. Se basa en un adecuado plan racional estratégico antiparasitario y un plan que incluye las vacunas obligatorias contra brucelosis, aftosa, carbunclo, y otras de aplicación recomendada para clostridiales, leptospirosis, queratoconjuntivitis, diarrea viral bovina (DVB) y complejo respiratorio (Pasteurella, Histophilus somni, rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR), virus sincitial bovino, entre otros agentes. La aplicación de estas vacunas permite a los animales adquirir protección contra aquellas enfermedades que son prevenibles durante la recría, y que en el futuro pueden ser causales de aborto y mortalidad embrionaria, como por ejemplo los virus de IBR y DVB. Para otras enfermedades que no son prevenibles mediante la vacunación, como la tuberculosis y la neosporosis, el diagnóstico y el control también comienzan durante la recría, cuando el médico veterinario actuante diseña un plan sanitario preventivo acorde a las características de cada rodeo y de los lotes de recría. Un adecuado manejo sanitario durante los primeros años de desarrollo, supervisado por el veterinario acreditado con conocimiento sanitario del rodeo, se traduce en beneficios para la salud de la vaca adulta y fortalece además el sistema de producción en los aspectos económico-productivos.
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