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¿Qué genera plantas más vigorosas, productivas y tolerantes a condiciones climáticas adversas? Este interrogante lo descifraron científicos argentinos: secuenciaron el genoma de dos rizobacterias involucradas en la promoción del crecimiento y el aumento de la productividad de cultivos como soja, maíz y trigo, de interés económico para Argentina. Las rizobacterias Azospirillum brasilense Az39 y Bradyrhizobium japonicum E109 son las cepas más utilizadas en Argentina para el manejo biológico de los cultivos agrícolas debido a que fijan nitrógeno atmosférico y mejoran la capacidad de las plantas para crecer, desarrollarse, aumentar su productividad y responder al medioambiente. Las rizobacterias en el modelo de agricultura argentino -intensivo y extensivo- tuvieron un alto impacto productivo y económico debido a que están presentes en más del 70% de los 18,8 millones de hectáreas sembradas con soja. Alejandro Perticari, especialista en inoculantes del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMyZA) del INTA Castelar e integrante del proyecto de secuenciación, explicó que estas cepas -pertenecientes a la colección internacional de cultivos del organismo agropecuario- fueron elegidas durante la década del 80 en programas de búsqueda y adopción de microorganismos con fines agrícolas. Por su parte, Fabricio Cassán, investigador del Conicet y responsable del proyecto, destacó la importancia de secuenciar el genoma de estos microorganismos para conocer cada uno de los genes que los componen, comprender cómo determinan su identidad y funcionalidad en la naturaleza. Este es un aporte que "ayudará a dilucidar por qué fueron y son exitosos en la inoculación de determinados cultivos. A futuro, podremos diseñar estrategias para mejorar la actividad biológica cuando son propuestos a las plantas como productos biológicos", aseguró. "Con el paso de los años -señaló Perticari-, Az39 y E109 demostraron sobrada capacidad para cumplir con la premisa por la que fueron seleccionadas y adoptadas por una gran proporción de la industria nacional de inoculantes". En este sentido, el técnico explicó que la cepa E109 tuvo alta capacidad de fijar nitrógeno en diferentes ambientes de la zona sojera. "En la actualidad, es la más utilizada para la fabricación de inoculantes", aseguró el investigador del INTA Castelar. Esto se debe a que la oleaginosa posee una relación simbiótica y con alta dependencia de rizobacterias del género Bradyrhizobium.
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