En el XVIII Seminario de la Fundación Producir Conservando, el Ing. Gustavo Oliverio y el Lic Gustavo López, presentaron las nuevas proyecciones agrícolas de la FPC para la agricultura argentina al 2020.
En los últimos años, se observa una marcada expansión de la superficie sembrada y la producción agrícola en Argentina, alcanzando en promedio para el último quinquenio niveles del orden de las 30 millones de hectáreas y 85 millones de toneladas respectivamente. Si bien las previsiones para el fin de la década llegaban a las 100 millones de toneladas, aspectos de orden climático y de la política agrícola aplicada (altos derechos de exportación, trabas y restricciones al comercio, cupos, etc.), impidieron alcanzar esa meta, que potencialmente sigue vigente.
La mayor rentabilidad de los oleaginosos, en particular de la soja, llevó a que se intensificara su siembra, alcanzando el 70% del área total sembrada, lo cual No es Sustentable en el tiempo.
A fin de establecer el potencial del área involucrada en el total, se tomó la información disponible del INTA, relacionada con el uso/aptitud agrícola de los Suelos en rotación, que si bien data de mediados de los años 80, es la única disponible publicada, y marca un horizonte máximo de expansión del orden de las 60 millones de hectáreas.
Desde el punto de vista de los rendimientos, se tomaron las tasas de crecimiento de la última década, ajustados según las zonas y cultivos, en el marco de condiciones climáticas estables, como un promedio de la potencialidad de los mismos.
Con este "techo" se estableció un área potencial al 2020 cercano a las 40 millones de hectáreas incluyendo todos los cultivos, que surge del análisis detallado de cada Partido y su evolución de área y tendencias por cultivo.
En años climáticamente favorables, deberían esperarse mejoras en los rendimientos del orden del 15/20%. Ello implica que la producción resultante podría superar, en dichas circunstancias, las 135 millones de toneladas estimadas como potencial estable y llegar en esos casos a las 150 millones de toneladas.
En las estimaciones realizadas en 2002 y 2007 se plantearon cuales eran las limitantes para poder alcanzar los potenciales planteados y en la actualidad algunos de ellos siguen plenamente vigentes.
Principales limitantes para acceder a una producción potencial en Argentina de 135 millones de toneladas
Aspectos Institucionales tales como: El marco político, la seguridad jurídica, la política tributaria, política comercial, y el sistema financiero y crediticio, serán claves para alcanzar las metas propuestas.
Aspectos Técnicos, básicamente los relacionados a la sustentabilidad del sistema, la conservación de los suelos, el control de malezas, plagas y enfermedades, y la reposición de Nutrientes, serán claves para que esos 135 millones de Tn sean sostenibles en el tiempo.
Aspectos Estructurales, en especial la movilización y transporte de los granos, la capacidad de almacenamiento y acondicionamiento, el procesamiento industrial y la logística portuaria de exportación.
Inversiones
Se requerirán fuertes inversiones en infraestructura y será necesario iniciarlas rápidamente, para poder alcanzar Sustentablemente 135 millones de toneladas en el 2020. El Transporte, la red caminera y ferroviaria son los puntos centrales a resolver.
Este incremento productivo, llevará a un crecimiento significativo de los saldos exportables de las materias primas y sus derivados produciendo un fuerte aumento en las divisas provenientes del comercio exterior.
La participación del sector Agropecuario y Agroindustrial en el Producto Bruto Interno del País será creciente y dada la importancia de este sector en la economía nacional, el incremento en la producción argentina, permitirá promover un mayor número de puestos de trabajo, tanto directos, como indirectos, considerando los sectores asociados, con el consecuente "derrame" en la mejora de la calidad de vida de la sociedad en su conjunto.
"El mundo está viviendo la primera etapa de la revolución de los alimentos del siglo XXI; un cambio estructural profundo que ofrece a la Argentina una oportunidad sin precedentes; sustentado por el crecimiento generalizado de los países emergentes y en desarrollo, que en los últimos años contribuyeron con más de la mitad del aumento del PIB mundial en dólares a precios de mercado", aseguró el Lic. Juan Llach, del IAE, la Universidad Austral y su equipo de investigadores para la Fundación Producir Conservando al presentar el trabajo "El Auge de la Demanda Mundial de Alimentos 2005-2020: Una oportunidad sin precedentes para la Argentina".
Las proyecciones indican que aproximadamente 4.100 millones de personas en África, América Latina y Asia -cerca de dos tercios de la población mundial- están aumentando rápidamente sus ingresos desde niveles muy bajos; y ésto producirá consecuencias sin precedentes sobre la demanda de alimentos.
"El gran desafío que tiene la Argentina por delante es encontrar una economía política que no reprima el desarrollo de su sector más eficiente, el agroalimentario, pero dando cabida al mismo tiempo al desarrollo de la industria y de los servicios", plantea Llach.
El principal factor determinante del aumento de la demanda de alimentos es el crecimiento de los países emergentes. Hay cuatro factores que llevan a pensar que lo más probable es que estemos en presencia de una onda larga de dicho crecimiento.
Ellos son su enorme disponibilidad de mano de obra, los dinamismos del consumo y la nueva "sociedad de los pobres"; el cambio tecnológico, la mejora de los términos del intercambio y la convergencia; y la existencia de políticas económicas mucho más sensatas que en el pasado. Todas ellas configuran un "cambio de alcance civilizatorio".
La proyección de la demanda mundial de alimentos 2005-2020
Las proyecciones muestran que, si continúan las tendencias observadas en el período 1990-2005, en todos los bienes analizados salvo el girasol, habrá tendencias al exceso de demanda. Las mayores se presentan en la carne de pollo y en la soja, las que por esa razón fueron objeto de una proyección alternativa de mínima (marcada con * en el cuadro).
Llach concluye que la probabilidad de estar en presencia de un cambio estructural en la demanda de alimentos es mayor que la de estar ante un shock transitorio y que, por ello, lo más probable es que el promedio de los precios de los commodities para los próximos 15 años sea mucho más parecido al promedio de lo que va del siglo XXI que al observado en el último cuarto del siglo XX.
Para el período 2005-2020, los países emergentes y en desarrollo serán responsables de los siguientes porcentajes del aumento en el consumo; 93,3% en carne vacuna; entre el 85,7 y 87,9% en carne de pollo; 88,5% en leche; 88,9% en trigo; 94,5% en maíz; entre el 95,3 y 97,4% en soja; 71% en girasol; 98,8 en frutas de pepita y 84,2% en frutas cítricas.
Llach señala que "es importante tener en cuenta que estamos sólo en la primera etapa de esta revolución de los alimentos del principios del XXI". Lo más probable es que a esta etapa le siga otra, por ahora sólo incipiente, en la que la oferta crecerá impulsada por los nuevos precios y, también es probable, por los aumentos de la productividad originados por ejemplo, por los desarrollos de la biotecnología.
Advirtió que "el fenómeno de la agflación" se hizo presente con mucha fuerza, y que "las respuestas de política económica fueron hasta el momento muy variadas"; sin embargo la Argentina "es el único país que aplicó al mismo tiempo acuerdos o controles generalizados de precios y restricciones muy extendidas sobre las exportaciones".
Agenda para una Política Agroalimentaria y de desarrollo a largo plazo:
El trabajo concluye proponiendo una Agenda para una Política Agroalimentaria y de desarrollo de largo plazo que sea consensuada en los ámbitos institucionales. La misma debería incluir los siguientes puntos:
El sistema impositivo argentino comparado con el de los países que progresan de forma sostenida en el tiempo.
El desarrollo pleno de las economías regionales, la distribución de la renta fiscal y las potestades tributarias de la nación, las provincias y los municipios.
La diferenciación de productos, el valor agregado y los racimos productivos.
Las normativas e incentivos para hacer compatible el crecimiento con la biodiversidad productiva.
La política de precios internos de los alimentos: dejar definitivamente atrás el hambre y la nutrición.
La industria manufacturera y el estilo de desarrollo de la Argentina.
La solvencia fiscal.
Educación, ciencia, tecnología, políticas públicas y desarrollo local.
Paradoja Argentina 2020: La oportunidad de la creciente demanda mundial de alimentos, y las limitantes de la infraestructura”
El consumo de alimentos crecerá un 24 por ciento en el plazo 2010-2020. Esto implica un aumento de 364 mil millones de dólares, al pasar de 1,52 a 1,88 billones de dólares. Para analizar el papel que puede ocupar la Argentina frente a este nuevo escenario, el pasado 12 de junio, en el Hotel Sheraton Libertador de la Ciudad de Buenos Aires, la FPC realizó un seminario en el que se presentaron los trabajos: "La demanda potencial de alimentos al 2020 y el papel de los países emergentes", realizado por el Lic. Juan Llach; y "La agricultura Argentina al 2020, la infraestructura del transporte granario", realizado por el Lic. Gustavo López.