
Desde el INTA, trabajan para asegurar la calidad y retardar el proceso de maduración de la fruta una vez que se extrajo de la planta. Los estudios también se enfocan en el almacenaje en frío, (técnica de atmósfera controlada), que permite extender la vida de las frutas en postcosecha y retardar el proceso de maduración. También técnicos del INTA Famaillá, Tucumán, investigan el desorden fisiológico de los cítricos durante la poscosecha. Ante esta situación, “un correcto manejo de poscosecha que disminuya la pérdida de agua del fruto ayudará a disminuir la incidencia y la severidad de este desorden fisiológico”, recomendó Guillermo Torres Leal, especialista en frutihorticultura.

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