Apenas se realiza la recolección del textil y finaliza la cosecha, es importante desmalezar y cortar las plantas para tenerlas libres de rebrotes, pimpollos o demás órganos fructíferos. Es que allí, según explican los especialistas del INTA Chaco, se esconde, reproduce y permanece vivo el picudo hasta la campaña siguiente.
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El picudo o Anthonomus grandis es considerada la plaga más dañina del cultivo del algodón en América Latina que se destaca por su enorme potencial de destrucción que impacta en la reducción de los rendimientos y en el aumento de los costos de la producción. Con el objetivo de reducir su incidencia en los cultivos, especialistas del INTA Chaco recomiendan triturar el rastrojo de algodón apenas se realiza la recolección del textil y finaliza la cosecha.
De acuerdo con María Alejandra Simonella -especialista del INTA Sáenz Peña, Chaco-, “la destrucción del rastrojo del cultivo de algodón es la técnica cultural fundamental para el control del picudo, dentro del manejo integrado de plagas” y subrayó realizarlo “en forma inmediata una vez finalizada la cosecha, es decir, no más allá de entre 3 a 5 días después de haberse completado la recolección del textil”.
Es que, según detalló, “es muy importante” evitar el rebrote y la generación de nuevos pimpollos y demás órganos fructíferos que van a permitir que el picudo se reproduzca y vuelva a infectar al cultivo en la campaña siguiente.
Para esto, reconoció que existen diversos mecanismos que permiten destruir los rastrojos del cultivo de algodón, entre los que se destaca un triturado con una desmalezadora y, luego, realizar dos pasajes de una rastra de acción. “Este es el método que menos plantas con rebrotes deja”, aseguró la especialista. Además, si este mecanismo se combina con el método químico, con alguno de los herbicidas recomendados para tal fin, se incrementa la eficiencia y la eficacia de la práctica.
Otro aspecto que destacó Simonella es que, “en el caso del cultivo de algodón y su protección contra el picudo debe lograrse el llamado vacío sanitario, entendido como el período cuya duración debe que ser, de por lo menos, 90 días -contados desde el día en que se da la destrucción del rastrojo hasta el día en que está autorizada la siembra de la próxima campaña”.
“Para Chaco, el día establecido y legislado como tope para la destrucción de rastrojos es es 15 de junio, mientras que el período permitido para la siembra va desde el 1 de octubre hasta el 30 de noviembre”, agregó, al tiempo que subrayó la importancia de “cumplir con estas fechas para tener, como mínimo, esos 90 días del suelo libre de cultivo de algodón en el campo para cortar el ciclo de esta plaga y proteger así el próximo cultivo”.
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