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La carne de "ternera" ya no es lo que era. A partir del 1 de mayo, entró en vigencia el nuevo peso mínimo de faena, y no se pueden mandar al matadero vacunos de menos de 300 kilos. Así, el umbral mínimo para faenar los animales creció 40 kilos en dos meses. La apuesta del Ministerio de Agricultura es producir más carne con el mismo stock, para paliar la crisis ganadera. En el corto plazo, la medida estará agravando la escasez de hacienda. Hasta fines de marzo el peso mínimo de faena era de 260 kilos en pie, lo que equivalía a una res de 154 kilos con hueso, o a una media res de apenas 77 kilos. Desde principios de mayo, con la entrada en vigencia de este nuevo escalón de 300 kilos en pie, el peso mínimo en gancho trepó a 165 kilos, ó 82,5 kilos la media res. Si fuera matemática, en una faena anual de 12 millones de cabezas la oferta de carne crecería en 72.000 toneladas. La decisión de evitar la matanza de vacunos muy jóvenes y livianos traerá unos cuantos cambios en el mercado interno, que hasta la disparada de los precios venía acostumbrado a consumir esa carne tierna, de animales de apenas un año de vida. El Ministerio de Agricultura también modificó la clasificación de los bovinos por su peso. El consumidor podrá seguir comprando "ternera", pero en realidad estará adquiriendo lo que antes se consideraba carne de "novillito" o "vaquillona". Esto es, carne de animales que van de los 300 a 350 kilos de peso. Recién cuando los bovinos superen los 430 kilos, serán considerados vacas o novillos. La medida fue tomada como paliativo a la crisis de oferta ganadera, debido a que el stock se redujo violentamente de casi 56 millones de cabezas a poco más de 50 millones.
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