Marcelo Fernández es productor y a la vez presidente de Cañeros Unidos del Este (CUE), una entidad gremial que defiende a sus asociados y clama porque se mantenga una correcta ecuación entre sus costos productivos y el ingreso que obtienen por la venta de su materia prima, la bolsa de 50 kg de azúcar. Y la ecuación azúcar más alcohol es parte del devenir financiero de las empresas cañeras que, en su mayoría, representan al sector de los pequeños y medianos cañeros.
En diálogo con Revista Producción, hizo un balance de la zafra cañera 2021 -que por estas horas, está cerrando su campaña anual-, habló de la problemática que significan los altos costos que deben absorber entre fertilizantes y demás productos que son fundamentales para el desarrollo de la actividad, además de algunas dificultades productivas con alguna variedad implantada. Estos y otros temas integran la charla que mantuvimos.
¿Qué balance puedes hacer en materia productiva a campo y en cuanto a los rendimientos sacarinos?
El balance en cuanto a producción, tanto de caña como de azúcar, fue levemente inferior a los resultados alcanzados el año pasado.
Los resultados con respecto de la zafra 2020: ¿mejoraron, son similares o menores? ¿Y cuáles serían los factores que intervinieron para llegar a esos valores?
En materia climática, me parece que fue un año más seco que en 2020.
Este año se produjo, aproximadamente, un 3 % menos de azúcar que el año pasado. En esto tuvo mucho que ver la primavera seca del 2020, y el efecto de las heladas.
¿Cómo se viene dando el proceso de renovación de la plantación de variedades nuevas en los surcos? ¿La compleja situación económica condiciona la concreción de esa tarea para el cañero?
El proceso de renovación hacia nuevas variedades viene creciendo a pasos agigantados, ya que la variedad LCP 85-384 (“caramelito”) está siendo muy atacada por la “roya marrón”, lo que produce una disminución en producción, tanto de caña como de azúcar. Las nuevas variedades, como la Tuc 95-10, Tuc 03-12 y Tuc 02-22, están ocupando cada vez más hectáreas con caña.
Hablemos de finanzas. ¿Cómo fueron los resultados económicos de este año respecto del año pasado: el productor medio pudo obtener recursos como para subsistir?
En cuanto a las finanzas vienen muy desmejoradas debido al bajo precio del azúcar. A modo de ejemplo, el año pasado, para esta misma época, la bolsa de 50 kg salía $1.900, IVA incluido. Y hoy, a pesar de una inflación del 50 %, la bolsa cuesta $2.200, IVA incluido. Los insumos como el gasoil y el fertilizante subieron un 85% y un 200%, respectivamente. Por eso, el pequeño productor no podrá abonar su cañaveral como corresponde.
¿Cuál es el futuro que avizoran respecto del pequeño y mediano productor cañero: seguir trabajando solo o formar cooperativas?
El futuro del pequeño productor lo vemos comprometido si no se agrupan para lograr mejores negociaciones con los ingenios, y también para lograr comprar mejor y a precios competitivos los insumos.
¿Cómo se desarrolló la relación con los industriales cañeros? ¿Ellos siguen teniendo deudas con ustedes; tienen mucho por cobrar? ¿Ese cuadro mejora o sigue en rojo?
Hasta aquí los industriales están cumpliendo con la entrega de los azúcares de maquila del cañero.
La sanción de la Nueva Ley de Biocombustibles, ¿cómo impactó en el sector cañero: siguieron trabajando bien o decreció la demanda de caña para hacer alcohol? ¿Les pagan el diferencial por ese uso o siguen con problemas en este ítem?
La nueva Ley de Biocombustibles trajo tranquilidad al sector, porque de lo contrario 550.000 tn de azúcar que van para producir alcohol se volcarían al mercado interno, lo que ocasionaría una sobreoferta y, por consiguiente, la baja del precio del mercado interno a valores de quebranto. Lo que falta ahora es que los industriales participen al cañero del alcohol que producen, y así mejoran la rentabilidad de su ecuación.
Al respecto, desde la entidad, ¿cuáles creen que son los factores que impiden que se logre una mayor inserción del uso de combustibles renovables, en momentos en que el mundo clama por reducir el impacto de su utilización en el cambio climático?
Nosotros creemos que el mundo va hacia los combustibles renovables. Lo que sucede es que hay muchas presiones en la Argentina, desde el sector de las petroleras, para que se continúen con combustibles fósiles. De todas maneras, estamos convencidos que más temprano que tarde se impondrán las energías renovables y, en ese contexto, la actividad tiene un gran futuro. Creemos que el azúcar terminará ocupando un segundo plano en el futuro para la actividad sucroalcoholera de nuestra Nación.