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Nov (2021)/Dic 2021


Ganadería

La ganadería no es parte del problema, sino parte de la soución

El informe “Carne Argentina, Carne Sustentable” del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) posee una gran relevancia en el contexto mundial de la producción de alimentos y el cuidado del medio ambiente.
Se trata de un estudio único e inédito en la historia de nuestro país, en el que 45 científicos argentinos, coordinados por la Red de Seguridad Alimentaria del CONICET, han relevado el nivel de sustentabilidad actual de la ganadería argentina.
El IPCVA asumió esta problemática como uno de los aspectos centrales, no sólo por el convencimiento de que la sustentabilidad de nuestra producción será cada vez más una demanda central de los mercados y de los consumidores, sino por el compromiso y la responsabilidad que deben mostrar todos los sectores productivos respecto del cuidado de nuestro planeta y de su preservación para las futuras generaciones.
Es por ello que el informe “Carne Argentina, Carne Sustentable” constituye una herramienta fundamental para el análisis de la sustentabilidad de una de las cadenas más virtuosas de la economía nacional, una de las más arraigadas en todo el país y una de las más prestigiosas en todo el mundo.


Revista PRODUCCION: La ganadería no es parte del problema, sino parte de la soución
 
Revista PRODUCCION: La ganadería no es parte del problema, sino parte de la soución
 

¿Por qué Argentina produce carne sustentable?
Argentina es un país comprometido con la realización de acciones que apuntan a una mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero.
A cinco años del Acuerdo de París (COP21) firmado por 174 países más la UE con el compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la pandemia de Covid19 causó en 2020 una caída temporal (entre 5-10 %) de las emisiones globales, demostrando el fuerte peso de las actividades humanas que se vieron reducidas en dicha ocasión como ser: industria, transporte, generación de energía eléctrica entre otros y no imputables a otras actividades que permanecieron sin modificación como ser la ganadería vacuna. Este evento pandémico no programado puso en evidencia que es necesario producir cambios estructurales de envergadura para limitar el aumento de la temperatura media global a no más de 1,5°C respecto al período pre-industrial.
El cumplimiento de esa meta exige des-carbonizar la atmósfera a través de una transición que guíe al planeta hacia una economía carbononeto cero, en la cual la emisión de carbono no debe superar la mitigación. Carbono-neto cero es el gran desafío que debe enfrentar la comunidad internacional en este tiempo en que el cambio climático aparece como la mayor amenaza global a la vida del planeta. Otro desafío incluye la adaptación al cambio climático, como los eventos extremos (sequías, inundaciones, olas de calor), el ascenso de los mares o la retracción de glaciares de alta montaña que afectan el caudal de los ríos.
En respuesta al Acuerdo de París, la Argentina presentó su meta de limitar las emisiones a 483 Mt eqCO2 en el año 2030. En diciembre del 2020, replanteó su compromiso y propuso bajar a 358,8 Mt eqCO2, pero con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en el 2050.
Argentina al ratificar la CONVENCIÓN MARCO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO (CMNUCC) asume una serie de obligaciones, como establecer programas nacionales que contengan medidas para mitigar y facilitar la adecuada adaptación al cambio climático.
En el marco de esta convención, a partir de 2014, los países en desarrollo tienen la obligación de presentar cada dos años los REPORTES BIENALES DE ACTUALIZACIÓN (BUR). En el caso de Argentina, estos reportes están hoy a cargo del Gabinete Nacional de Cambio Climático (GNCC), creado según el decreto 891/2016. Dentro de sus objetivos, se encuentra facilitar la adopción de políticas en materia de cambio climático y el cumplimiento de los compromisos provenientes de la CMNUCC y del Acuerdo de París.
Estos reportes bienales contienen información actualizada sobre los inventarios nacionales de gases de efecto invernadero (INGEI), las necesidades de apoyo tecnológico y técnico e información sobre las medidas de mitigación y su respectiva metodología de monitoreo, reporte y verificación.
Hasta el momento el inventario se calcula con metodología definida en las Directrices para Inventarios elaboradas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático del año 2016 (IPCC). En 2019 se publicó una actualización de estas directrices que no ha sido adoptada aun por la CMNUCC pero se espera que en los próximos años sea utilizada. En diciembre de 2021 se presentará el próximo informe bienal. No es obligatorio utilizar las directrices 2019, pero pueden adoptar los factores de este informe. En Argentina posiblemente los cálculos se hagan con las mismas directrices que se utilizaron para el inventario 2016. De todos modos, los cambios en las directrices no implicarían cambios importantes de los resultados (Galbusera, com.pers., 2021)
Según el inventario Argentina 2016 la ganadería de carne aporta un 16% de las emisiones totales nacionales. La categoría fermentación entérica del ganado vacuno aporta la mayor proporción dentro de las emisiones del sector agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra (AGSOUT1). Respecto a la validación de estos datos, en buena medida, las tensiones aparecen en la metodología de construcción de impacto y su posterior medición.
Los principales cuestionamientos a estos cálculos desde diferentes sectores son:
• Se discute sobre la posibilidad de secuestro de carbono en praderas y pastizales naturales que actualmente no es contemplada en los cálculos del inventario (Viglizzo et al., 2019; Villarino et al., 2020);
• Las directrices 2019 bajan los coeficientes de emisión de óxido nitroso proveniente de las deyecciones de animales en pastoreo (- 80%);
• Varios autores sostienen que la permanencia del metano en la atmósfera es menor que la del dióxido de carbono en la tierra por lo cual el factor de conversión que se utiliza para calcular las toneladas de carbono equivalente es inferior. Más allá de estos cuestionamientos, a nivel global, la ganadería tiene un bajo nivel de emisiones a nivel internacional. Las emisiones de la ganadería nacional solo representan el 0,15 % de las emisiones totales del planeta.
Factores de impacto ambiental.
La base científica de los factores de impacto ambiental y sus escalas de abordaje resulta clave, tanto para fijar bases internacionales de negociación como para velar por el uso de leales reglas de juego en el comercio privado. Desbrozando la multiplicidad de aristas que tiene el tema, se mencionan algunas dimensiones relevantes de impacto ambiental: a) emisión de gases de efecto invernadero, b) secuestro de carbono, c) Huella Hídrica, d) biodiversidad y conservación de tierras, e) Preservación del recurso forestal y servicios ecosistémicos.
La perspectiva de los mercados
¿Cómo se proyectan estas temáticas al comercio internacional en el cual una variable ambiental puede generarse en un espacio local pero eventualmente tener un impacto global? Las restricciones se despliegan en tres planos:
Supranacional. Liderados por las iniciativas de las Naciones Unidas, se establece una línea de base de indicadores a fin de identificar la situación inicial, establecer los criterios de formulación de indicadores, precisar las metas a alcanzar a futuro, y fijar los compromisos que asumirán los países. Por ejemplo, los compromisos nacionales de mitigación acordados en las Conferencias de las Partes (COP) de París 2015 y posteriores. La adhesión a estos acuerdos fija antecedentes y establece compromisos para futuras evaluaciones de conductas. Argentina se comprometió a una meta de emisiones de GEI que, dada la prevalencia que en ella tiene la producción ganadera, implica un reconocimiento del problema y un sendero de ajuste ineludible por parte de la CGyC…
Acuerdos entre países y/o bloques de países focalizados en productos específicos que, por lo general, contienen condicionantes ambientales. Se toman como parámetros los establecidos a nivel supranacional y se aplican -interpretación mediante- a casos específicos. El grueso de estas normativas está muy influido por parámetros europeos y norteamericanos. A partir de la iniciativa del “Pacto Verde Europeo” y la estrategia del “Farm to Fork”, la UE aumentará los requisitos ambientales de acceso a su mercado. La carne vacuna es uno de los productos más vulnerables de los que se exportan a ese destino. En un contexto de multilateralismo débil, independientemente de los reclamos a nivel de OMC, esta situación requerirá trabajar estratégicamente en el ámbito privado en coordinación con los organismos públicos para no perder posicionamiento de mercado.
Por otra parte, el Brexit presenta oportunidades para celebrar acuerdos para los países del Mercosur con buenas perspectivas para la carne vacuna. En un escenario de “salida dura” de la UE, el Reino Unido podría pasar a ser un importador neto de carne sudamericana.
En el mismo sentido, como se dijo arriba, Estados Unidos es también reconocido por demandar alimentos seguros, siendo un país importante en el suministro de proteína animal para satisfacer la creciente demanda mundial a un ritmo eficiente. En los últimos años están avanzando firmemente en prácticas de intensificación sustentable de producción de carne bovina.
Acuerdos específicos entre actores económicos particulares que establecen condicionalidades de sustentabilidad ambiental y social particulares. Similares condicionantes operan para el comercio de carnes y subproductos procesados bajo normas religiosas/étnicas. Como más relevantes se mencionan: a) Fuertes presiones (y algunas acciones concretas) de excluir de la oferta aquellas producciones desarrolladas en áreas de reciente deforestación de bosques nativos; b) requisitos crecientes asociados al concepto de bienestar animal; c) consumidores ubicados en el segmento ABC1 que demandan creciente información acerca del impacto y trazabilidad ambiental, de la vinculada a la salud (composición nutricional de las dietas, cumplimiento de protocolos de bienestar animal, sanidad animal y salubridad del producto) y a las condiciones sociales (trabajo infantil, trabajo esclavo, comercio justo)…
El cuidado del medioambiente desde la visión de los consumidores. Al margen del esquema de restricciones/resguardo legal y operativo derivado de la consideración y aplicación del principio precautorio, cabe sumar otra serie de aspectos relacionados con las preferencias del consumidor, el cual 37 decide no sólo por precios e ingresos sino también por percepciones y posiciones frente al tema ambiental.
La percepción de la sociedad sobre la responsabilidad que tiene la producción ganadera frente al cambio climático ha tomado una dimensión sin precedentes, que condiciona las elecciones y preferencias de los consumidores. En parte esto se debe a que la producción primaria está cada vez más lejos del consumidor final, el cual es cada vez más ajeno al proceso productivo.
Algunos consumidores empiezan a reemplazar la carne bovina por otros tipos de carne o a elegir dietas basadas en productos vegetales, debido a la imagen negativa que tienen por la valoración de atributos más allá de los nutricionales (ej. bienestar animal, cambio climático, deforestación, etc.). El consumidor construye la imagen del producto a partir de la información que recibe con mayor facilidad y a la que tiene más acceso, y no de la fuente que originó el producto. Si bien es cierto que la información que le llega puede ser sesgada, errónea o incompleta, la realidad es que los hábitos de alimentación están cambiando, así como los motores y motivaciones de los consumidores al momento de elegir los productos. Cambiar la percepción de las personas requiere de mayor acercamiento a los intereses de los consumidores y mejorar las estrategias de comunicación de las cualidades de un producto.
Recomendaciones para fortalecer la competitividad ambiental de la carne vacuna argentina
Las recomendaciones pueden agruparse en dos grandes ejes estratégicos para los cuales se resumen algunas acciones relevantes:
Eje 1. Acciones inductivas para modificar rutinas de operaciones hacia rutinas de producción -primarias e industriales- que mitiguen los efectos ambientales…
Eje 2. Fortalecimiento de los Sistemas de Medición y Evaluación de impactos ambientales (a nivel sectorial y/o empresarial)…


 


 


 


Descargar Informe completo en PDF (84 páginas) aquí: www.produccion.com.ar/IPCVA_sustentabilidad.pdf

Revista PRODUCCION: La ganadería no es parte del problema, sino parte de la soución
 
Fuente: IPCVA

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 30, 31, 32 y 33 de la edición digital de la revista de Noviembre (2021) / Diciembre 2021.
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