Durante el primer trimestre del año, el Grupo GHIA (Ipesa, Rogers, Netafim, Yara y Syngenta) invitó a doce asesores técnicos provenientes de diferentes zonas productivas del país a capacitarse en Chile. Uno de los temas abordados fue la estrategia de control de plagas aprovechando la acción de insectos benéficos. Es que existe una relación planta-insecto que es altamente específica. Cuando esas plantas se combinan estratégicamente fuera del invernadero, y además se coloca una malla sobre los laterales del mismo, se logra crear un espacio de control biológico altamente efectivo de los insectos perjudiciales. Esta metodología posibilita un cultivo más inocuo y reduce costos de producción.
El manejo integrado de plagas en hortalizas mediante el aprovechamiento de controladores biológicos es una técnica que se utiliza en plantaciones de tomate o pimiento en Chile, en México y en EE.UU. Su principal promotor en Sudamérica es el Ingeniero Agrónomo, Profesor e Investigador, Alejandro Duimovic Marusevic quien actualmente la aplica en producciones en Chile junto a su equipo de colaboradores. El Grupo GHIA ofrece aquí una introducción al tema.
Esta estrategia es muy útil para el control de mosca blanca, trips y polilla del tomate. Consiste en abordar los principales problemas fitosanitarios a partir de controlar las plagas que perjudican a las plantaciones hortícolas bajo invernadero. El sistema se basa en colocar una combinación de plantas que sean atrayentes o preferidas para distintos insectos y combinarlas en cortinas por fuera del invernadero.
La clave es que existe una relación planta-insecto que es altamente específica en la gran mayoría de ellas. No es que los insectos deambulen por todas las plantas, ni que en cualquier planta se establezcan, sino que existe una relación planta-insecto altísima.
Si existe una barrera de plantas fuera del invernadero, plantas que para el insecto perjudicial son preferentes al cultivo que se encuentra plantado dentro del invernadero, el insecto (mosca blanca, polilla, trips, etc.) se va a quedar, en gran medida, en la planta y no va a pasar al cultivo. Cuando a ésto se le suma que en esas barreras de plantas también están las que atraen a insectos depredadores de esas plagas, por ejemplo los enemigos naturales de la mosca blanca, el resultado es un primer control biológico de la plaga. Y si a ese equilibrio se le suma la aplicación de mallas espaciadas y distribuidas sobre los laterales y techos de los invernaderos, el resultado es una notable reducción de la presión de plaga en cultivos industriales. Por supuesto que para instalar esta estrategia de control biológico es necesario evitar los insecticidas más agresivos.
El primer paso para instrumentar esta estrategia es saber cuáles son los insectos benéficos y algunas de las plantas que les resultan preferidas.
Macrolophus y planta de tabaco
La planta de tabaco ("Nicotiana tabacum") es muy atractiva para las moscas blancas, pero también lo es para los macrolophus caliginosus ("Hemíptera, heteróptera, miridae"). Este es el insecto más importante en el control de mosca blanca. Es un depredador que se alimenta fundamentalmente de huevos de mosca blanca, adultos y ninfas si fuera necesario.
Cuando el macrolophus llega a la planta de tabaco barre con la mosca blanca. En esta planta el macropholus es absolutamente controlador de plagas y por eso es el tabaco la planta que mejor funciona para plantar fuera de los invernaderos hortícolas. Esta planta tiene otras ventajas: es perenne, soporta el invierno, dura entre 3 y 4 años y además se usa también para crianza de encarsia, eretmoceru y otros parasitoides.
De todos modos, estando el macrolophus presente no se ve parasitismo en las hojas, lo que significa que son competitivos entre ellos y por lo tanto el macrolophus domina en esa planta.
El macrolophus tiene la ventaja de prosperar muy bien con baja temperatura, incluso más bajas que la misma mosca blanca.
Otras plantas que atraen al macrolophus son: la planta de uchuva ("Physalis peruviana"), la calceolaria pegajosa ("Calceolaria cavanillesii") y la planta de caléndula.
Aphidoletes y planta de "Maravilla"
La planta de maravilla es una especie silvestre de girasol ("Viguiera resoluta") atrae aphidoletes sp ("díptera cecidomyiidae"), un depredador natural de plagas que pueden llegar a medir hasta un cm. de largo. Los aphidoletes se alimentan normalmente de áphidos, pero a falta de áphidos buenas son las larvas de mosca blanca.
La planta de maravilla atrae también a la mosca blanca. Por lo tanto la plaga queda eliminada dentro de las plantas.
Coccinélido y planta de caléndula
Además de macolophus y aphidoletes, en la planta de caléndula ("Caléndula officinalis") es común encontrar al insecto conocido como coccinélido ("coleóptera coccinellidae").
El coccinélido es un gran depredador de pulgones, chanchitos blancos y otros insectos perjudiciales para los cultivos.
Orius y planta de lantana
La lantana o bandera española ("Lantana camara") es una planta muy útil porque dentro del invernadero alcanza porcentajes que llegan a un 70-75% de parasitismo. En esta planta habita el Orius sp (hemíptera, heteróptera, anthocoridae). Un gran depredador que se alimenta de trips, pulgones, gusanos, cortadoras y arañitas rojas. Este insecto también habita en la planta de tagete ("Tagetes patula").
La planta de ruda ("Ruta graveolens") es también muy buena para los parasitismos.
Algunas de las plantas preferidas por la mosca blanca
Planta de cayote, la gran fábrica de mosca: Esta planta es lejos la planta más atractiva para la mosca blanca. Supera largamente a la planta de tomate, a los pimientos y a la berenjena.
Se debe tener en cuenta que la planta de cayote ("Cucúrbita ficifolia") normalmente no atrae a insectos benéficos, sólo es una extraordinaria fábrica de mosca blanca. En climas cálidos se contaron hasta 17.000 ninfas nacidas de mosca blanca por hoja.
Si se utiliza esta planta dentro de los invernaderos, ya que es más atractiva que el tomate para las moscas, se debe sacar las hojas infectadas a mano. Incluso los botones florales de esta planta se llenan de mosca. Con cada hoja de cayote que se elimine manualmente miles de moscas quedan por fuera del invernadero. La planta de cayote en invernadero funciona con el apoyo de un repelente que debe ser aplicado sobre la planta de tomate.
La planta de berenjena: La berenjena ("Solanum melongena") en la barrera es una de las plantas que más se usa en México, es una planta que necesita un clima tropical. Es muy atrayente para la mosca blanca y para insectos benéficos como diversos tipos de arácnidos, coccinélidos y aphidoletes que comen ninfa de mosca blanca.
Las plantas que no deben estar cerca del invernadero
La planta conocida como taco de reina ("tropaleum majus"), concentra una gran cantidad de mosca blanca y no tiene parasitismo, ni atrae macrolophus suficientes. Por lo tanto es una planta que no debe estar cerca de los invernaderos. Tampoco la planta de poroto que atrae una gran cantidad de moscas blancas y bastantes larvas minadoras que comen la planta de tomate y suele atacar las plantas jóvenes.
Las mallas
Colocar mallas sobre los costados o en el techo del invernadero completa esta estrategia porque reduce la cantidad de polillas y mosca blanca en la plantación. Se utilizan mallas que limitan el paso de las moscas blancas pero que no lo imposibilitan, porque así se obtiene una ventilación correcta, normalmente son mallas de 30-35 Mesh. La malla sobre todo detiene a la polilla, que en algunas zonas es un insecto prioritario, porque cuando la mosca daña lo hace a través de la fumagina que contagia la polilla.
Conclusiones
La barrera por fuera, atrae el mayor porcentaje de las moscas presentes. Así las moscas blancas, tan perjudiciales en algunas zonas productivas, se quedan afuera del invernadero en plantas que le son más atractivas.
Una barrera construida sobre la base de combinar plantas de tabaco, cayote, caléndula, berenjenas, maravilla, ruda y lantana, entre otras, ubicadas a lo largo y fuera del invernadero, constituye un espacio donde tener controlados a los insectos perjudiciales en un alto porcentaje.
Se debe considerar que muchas veces las plantas que sirven en un país pueden no servir en otro. Lo interesante de esta estrategia es incentivar a técnicos para que investiguen en sus zonas y en sus climas a partir de la experiencia realizada en otras latitudes.
El Ing. Duimovic agrega que esta estrategia de barrera funciona muy bien cuando termina el cultivo, cuando se arrancan todas las plantas de tomate y se hace control de malezas. En ese período la mosca blanca y la polilla no tienen donde irse más que la barrera porque no hay otra cosa. Entonces se llena la planta de tabaco, la ruda y los tapetes, y ahí están los enemigos naturales esperándolas para alimentarse. Después de 14 días todos los adultos de mosca o polilla ya murieron. Entonces el próximo cultivo de tomate o pimiento parte con una población de mosca blanca muy cercana a cero. De ahí en adelante, mantener las poblaciones bajas, va a ser mérito de los manejos que se hagan con repelentes e insecticidas.