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Sep/Oct 2011


Capacitación

Riego de precisión

La experiencia de Nebraska

La gira de capacitación técnica organizada por el INTA en los Estados Unidos reunió a 130 productores argentinos con los últimos desarrollos de empresas líderes referidos a tecnologías de irrigación.

Revista PRODUCCION: Riego de precisión
 

Con precipitaciones de 920 milímetros al sureste y 356 mm al noroeste, además de una evaporación promedio de 1.500 mm, el riego suplementario es el único modo de producir eficientemente en Nebraska -Estados Unidos-. No en vano allí existe un total de 70.000 equipos de riego y el 85% de los regantes utiliza unos 90.000 pozos para extraer agua del lago subterráneo Ogallala, el acuífero más grande del mundo.
Un grupo de técnicos, productores, contratistas y empresarios argentinos realizaron una recorrida por las cuatro principales fábricas de sistemas de irrigación: Valley, Lindsay, Reinke y T&L, radicadas en Nebraska, además de la universidad estatal y establecimientos agropecuarios de referencia. Esta visita formó parte de la 21ª gira de capacitación técnica que realizó el INTA por los Estados Unidos, que llevó 130 personas a conocer las últimas tecnologías y la 58° edición de la mayor exposición a campo del mundo, Farm Progress Show.
“Cuando comenzamos a venir, en los 90, se hacía en un 50% riego por surco y en otro 50% riego presurizado. Ahora queda menos del 20% de riego por surco”, explicó Eduardo Martellotto, especialista del INTA Manfredi -Córdoba-, en el marco de la gira. Actualmente, de las 4.480.000 hectáreas regadas de Nebraska, el 80% corresponde a riego presurizado. Estos sistemas se aplican fundamentalmente en cultivos de maíz, aunque también algo de soja y alfalfa, ya que el sorgo se cultiva sólo en secano.
“Es evidente que se ha generalizado el uso de tecnologías de agricultura de precisión en las maquinarias, con mejor utilización de los insumos”, añadió Martellotto, para quien esa característica, junto con la biotecnología -que aporta materiales genéticos de gran respuesta- y el agregado de valor y la transformación de los productos en las distintas cadenas para mejorar los niveles de rentabilidad, conforman la principal tendencia para los sistemas de riego.
De acuerdo con el técnico Andrés Méndez, del INTA Manfredi, “el concepto de riego de precisión implica, básicamente, no poner agua donde no haya capacidad de infiltración o donde la planta no la necesite”. En esta línea, comentó que los productores estadounidenses están familiarizados con la cantidad de agua que va a infiltrarse en cada suelo, así como los rindes de los cultivos, lo cual permite regar en función de la capacidad y necesidad real del campo. “Las posibilidades de adaptar y adoptar estos sistemas son para todos iguales, las herramientas nos ayudan pero dependen del criterio de las personas; quien conozca mejor cómo es su campo, cuánto produce, riega e infiltra, va a lograr más rentabilidad”, aseguró Méndez.

Méndez: “el concepto de riego de precisión implica, básicamente, no poner agua donde no haya capacidad de infiltración o donde la planta no la necesite”.
Esta clase de tecnologías son vistas con gran entusiasmo tanto por productores como decisores políticos argentinos, quienes comienzan a vislumbrar potenciales soluciones para las diferentes situaciones que observan en sus regiones. “En Nebraska visitamos fábricas importantes de sistemas de riego artificial, lo cual es muy interesante para nosotros, que en nuestra región tenemos mucha sequía”, dijo Rubén Oscar Cuello, intendente de la localidad de Calchaquí, al norte de Santa Fe. “Es fundamental que avancemos en esto para mantener una mejor producción”, consideró, ya que “estos sistemas podrían multiplicar los rendimientos y dejarnos seguridad y previsibilidad”.
También en este sentido se expresó María Ester Garabaglia, productora de esa localidad y participante de la gira. “Tenemos que tener cuidado con la variación climática para tener una rentabilidad aceptable. La imprevisibilidad demanda mejores sistemas de riego, pero tenemos que empezar como en una casa, con los cimientos. Hay que hacer un muy buen estudio para conocer lo que tenemos debajo y poder hacer distribuciones equitativas”, opinó Garabaglia.
En cuanto a los equipos, se dieron a conocer nuevos paneles touch screen que permiten programar el manejo de un modo fácil y comprensible. Asimismo, los técnicos del INTA observaron que todas las empresas están buscando alargar los tramos, alivianar la estructura del equipo y disminuir los precios. “En este momento Reinke está presentando tramos que superan los 60 metros, mientras que Valley está ensayando con un tramo mucho más largo que llegaría a 70 metros”, informó Martellotto.
Por otra parte, de acuerdo con el técnico, “lo más moderno que se ha presentado y que ofrecen las empresas de equipo de riego es lo que llaman DRI, la posibilidad de regar de acuerdo a un mapa de prescripción”. El especialista recordó que, anteriormente, se buscaba echar una lámina de agua exactamente igual en toda el área, “pero con la incursión de la agricultura de precisión sabemos que los lotes no son iguales desde el punto de vista productivo y tampoco desde el consumo y la distribución del agua”. De esa manera, ahora las empresas buscan sistemas que permitan sectorizar y hacer una distribución diferenciada del agua. “Esto hace mucho más eficiente al riego”, dijo Martellotto, aunque consideró que “lo complicado ahora es saber qué parámetros deben conocerse por zona para saber cuánta agua debe distribuirse en cada punto”.
Los técnicos también se refirieron a la técnica del goteo enterrado, que en estos momentos está siendo probada por algunos productores de Nebraska. “Es un sistema de riego por goteo que se entierra 25 o 30 centímetros bajo la superficie y trabaja con menos agua instantánea, durante más tiempo y puede regar áreas más grandes. No tiene problemas de viento, temperatura o cualquier impedimento climático e, incluso, se podría estar regando con animales”, describió Martellotto. Al respecto, comentó que si bien este sistema está todavía en vías de investigación, en el INTA Manfredi está implementándose un módulo de ocho hectáreas (seis con una rotación clásica de trigo-soja-maíz y otras dos para evaluación forrajera, básicamente alfalfa y raigrás) para determinar cuáles son los distanciamientos entre goteo y caudales que más convienen y ver cómo se desempeña el cultivo, así como la durabilidad del sistema desde el punto de vista de la calidad del agua o por ataque de raíces o alguna herramienta o animal que pudiera dañarlo”.

Fuente: INTA Informa

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 22 y 23 de la edición digital de la revista de Septiembre / Octubre 2011.
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