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Ene (2023)/Feb 2023


Citrus

La citricultura no admite más parches. Necesitamos redefinir el futuro, con reglas de juego claras e incentivos para producir

El productor Alejandro Trápani traza un descarnado panorama sobre la situación del sector. La sequía, la imposibilidad de exportar por la guerra y la presión comercial de Sudáfrica conforman la ‘tormenta perfecta’.

Revista PRODUCCION: La citricultura no admite más parches. Necesitamos redefinir el futuro, con reglas de juego claras e incentivos para producir
 
Revista PRODUCCION: La citricultura no admite más parches. Necesitamos redefinir el futuro, con reglas de juego claras e incentivos para producir
 
Revista PRODUCCION: La citricultura no admite más parches. Necesitamos redefinir el futuro, con reglas de juego claras e incentivos para producir
 

La actividad citrícola de Tucumán cierra un año marcado por las complicaciones para exportar, la sequía, la superproducción de fruta, la falta de incentivos y el atraso cambiario, más los bajos precios de este año y los de 2021. El sector, admiten los productores, no puede seguir trabajando con ‘medidas parche’, ni con más improvisación, sino todo lo contrario: consideran que es necesario analizar y planificar cómo salir de este cuello de botella en el que están encerrados.
Revista Producción dialogó con el productor Alejandro Trápani, un apellido largamente vinculado con la citricultura y con amplia experiencia en luchar para salir de los momentos de crisis. Y, como toda empresa familiar, apuesta a recuperarse y, en forma escalonada, trabajar para superar este contexto desfavorable.
¿Cuál es la situación hoy en el campo, ante la falta de lluvias suficientes que inciden en el desarrollo de las plantas?
Nuestra plantación está en Tafí Viejo (Tucumán). Recibimos muy poca agua: unos 40 mm en total, que para nada es el ideal y mucho menos lo necesario.
Con temperaturas altas -como las que venimos soportando desde hace varias semanas- una planta evapotranspira 7 mm/día, mientras un equipo de riego entre 3-3,5 mm/día. O sea que estamos con un déficit de 3,5 mm/día de agua.
Entre septiembre, octubre y noviembre necesitamos unos 400 mm de lluvia, y recién estamos con 40 mm, lo que constituye un panorama muy complicado. Por supuesto que lo que llueva será bienvenido. Hoy, aún no prendimos los equipos de riego.
Normalmente, a partir del 15 de diciembre y hasta el 15 de enero se hacen algunas estimaciones de producción, que coincide con el período en que las empresas grandes otorgan vacaciones a su personal. De tal manera que cuando regresan los ‘comerciales’ hacen sus cálculos y llevan esas estimaciones a la Feria de Berlín, para evaluar y concretar futuros negocios, porque los administrativos recién tendrán idea de qué producirán.
¿Y cómo estuvo este año en cuanto a la producción de fruta?
En este 2022, me quedé con un 70% de la producción, aproximadamente, que es fruta que está en el piso. Esto significa que trabajamos a pérdida por tercer año seguido.
Hubo alguna fruta tardía que pasó al mercado interno, pero nada más.
Debo aclarar que los campos que utilizaron riego terminaron con fruta fresca muy grande, que no es recibida, por lo general, por el sector comercial. Por lo tanto, el panorama es muy complicado, más los aspectos que ya expuse.
Familiarmente analizamos nuestro presente. Es cierto que siempre hubo crisis. En el 2007 y 2008 teníamos malos años, pero precios internacionales altos; en esos tiempos nos pagaban entre U$S 5 y U$S 7 por bandeja de limón en el árbol, y hoy vale $ 100 o U$S 1.
Esto acarrea muchos problemas; hay dos opciones: a) jugártela y hacer algo nuevo, jugarse y ver qué obtenemos o, b) hacer más inversiones, pero el mercado no pagará ese mayor costo.
Otra cosa: en 2018, en la Feria de Madrid los productores y comercializadores sudafricanos ofrecían limones para el verano europeo de ese año. Muchos argentinos vieron esto y advirtieron que podría ser un desembarco que bloqueara ese mercado para el ingreso de la fruta fresca argentina.
¿Cuál es el momento presente del negocio?
En realidad nuestro negocio era: 15-20% de fruta fresca y el resto (75-80%) para industria, lo que nos permitía pagar la cosecha, invertir, seguir funcionando y quedarnos con unos pocos fondos. Pero ahora dejó de ser así.
Este año, ¿pagamos la cosecha con la ‘fruta industria’ o perdemos la corresponsabilidad gremial? Corte y flete de fruta nos cuesta entre $5.000 y $ 6.000; la corresponsabilidad son otros $ 2.000 más, que constituye un costo adicional porque el productor citrícola nunca trabaja en negro; el producto citrícola paga por cada trabajador que entra al campo.
Debe quedar en claro que el limón no es como la soja u otros cultivos, donde trabajan entre 5 y 6 meses en el campo, donde deciden resembrar en función de la claridad del negocio.
En las plantaciones de limones trabajamos los 12 meses. El productor compra en marzo sus productos para aplicarlos hasta mayo, cuando comienza a cosechar, y recién cobra en diciembre de ese año. Entonces, terminan transcurriendo entre 22 y 23 meses desde la compra del insumo y el cobro del limón producido.
Entonces, ¿qué necesitamos o qué nos falta? Nos faltan incentivos y menos reglas de juego improvisadas. Son muchísimos los citricultores que tratan de no implantar, pero sí cuidan sus campos con el desmalezado.
Las empresas grandes se quedaron con un 50% de su fruta, mientras que los agricultores chicos nos quedamos con entre el 40% y el 70% de la producción sin cosechar. En mi caso me quedé con el 70%, y tengo vecinos que oscilaron entre el 40%, 50% y hasta 60%.
¿Este año 2022 hubo superproducción?
Para nada; no hay superproducción. Lo que sucede es que muchas industrias tienen una gran producción de molienda, pero el problema es que no podemos ni pudimos exportar por estos factores: a) la guerra Ucrania-Rusia, b) Sudáfrica se constituyó en un jugador muy fuerte en el sector, c) entre 2.000 y 3.000 ton que iban como fruta fresca fueron a industria, d) hubo una menor producción industrial. Para mí esto constituye una ‘tormenta perfecta’.
¿Qué impacto tienen las reglas de juego?
El atraso cambiario es lo más importante. ¿Y cómo podemos ser más competitivos? Podríamos hacerlo si estuviéramos más cerca del ‘dólar billete’, porque cuando compramos dólares afuera nos estamos depreciando. Por ejemplo: el ‘dólar financiero’ está entre $ 270 y $ 280, y ‘afuera’ oscila en $ 315. No tengo dudas de que podemos acercarnos.
Pero este problema para el limón se repite para las otras frutas. Si se reduce este atraso cambiario podemos ser más competitivos, podemos mantener la estructura productiva que existe en Tucumán, lo que nos servirá para reconvertir la citricultura de nuestra provincia.
Para eso, necesitamos sentarnos todos en una mesa. Este es un momento clave para la actividad citrícola, porque el sector siempre se sostuvo en las empresas familiares.
Debemos sentarnos a analizar y debatir el presente todos: Estado, Acnoa, la industria, el gremio, etc.
Se estima una inflación del 100% para 2023. Entonces, ¿cómo y con qué les pagaremos a nuestros empleados?
La Emergencia Económica dictada significa la postergación de nuestros pagos, pero el año que viene deberemos pagar lo de 2022 más lo de 2023, a lo que se agrega la sequía que hoy padecemos.
No podemos seguir con más parches. Tenemos que sentarnos y planificar qué hacemos y cómo seguimos adelante.

Revista PRODUCCION: La citricultura no admite más parches. Necesitamos redefinir el futuro, con reglas de juego claras e incentivos para producir
 
Por: Daniel Arturo Vaca

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 16, 17, 18 y 19 de la edición digital de la revista de Enero (2023) / Febrero 2023.
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