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El subsecretario nacional de Ganadería, Rodrigo Troncoso, afirmó que desde el Ministerio de Agroindustria se trabaja "en una política de Estado para que crezcan todos los negocios de la ganadería argentina", con la convicción de que la actividad "puede hacer un aporte muy grande a la política de pobreza cero" pregonada por el presidente Mauricio Macri. Troncoso participó del Congreso Maizar 2016 que se desarrolló en el centro de convenciones Parque Norte, en Buenos Aires, en el panel "Sorgo, maíz y producción animal", donde describió que el plan de la Subsecretaría "está enfocado en lograr desarrollo y arraigo en cada región del país, sin división entre ‘carnes’". En este orden el funcionario destacó la creación de la Mesa Argentina de Protección Animal, donde además de las tradicionales producciones de carne están representados también la ovina y la de llama, el sector lácteo, del huevo y de la pesca. "Esto nos permite desarrollar todas las regiones del país en forma pareja". "La Argentina tiene que ofertar al mundo su producción de proteína", alertó Troncoso, quien enumeró una serie de cuestiones a mejorar como la trasparencia ("tenemos sectores muy informales") calidad de productos ("recién ahora estamos lanzando pruebas pilotos de tipificación por calidad") y la cuestión sanitaria con las reformas que se están encarando desde el Senasa. Del panel participó también el consultor Fernando Canosa, quien se ocupó de mejorar la eficiencia en ganadería bovina con una definición contundente: "El eje central es el pasto". El ingeniero agrónomo aclaró que su idea no está contrapuesta con la producción de maíz; por el contrario aseguró que "el crecimiento del consumo de maíz (en la producción bovina) viene de la mano del pasto" que "es el recurso más barato". "Si se usa más maíz, el techo de la ganadería está cerquita. Solo vamos a lograr cargas más altas (cantidad de animales por hectárea) mediante la interacción de pasto y maíz, con la que puede multiplicarse entre 3 y 16 veces la producción de carne según sea la región del país". Para reforzar la importancia el maíz en la producción bovina apuntó que "no hay una maquina más eficiente para consumir celulosa que la vaca". Con estas premisas, el consultor Canosa aseguró que "la carne vacuna tiene una altísima posibilidad de crecimiento: podemos pasar de 5 a 8 millones de toneladas de carne por año". Un objetivo que -afirmó- se puede alcanzar sin aumentar la cantidad de vientres sino mejorando la cantidad de terneros nacidos. Para completar el módulo sobre producción bovina, el licenciado en Ciencias Agrarias, Víctor Tonelli, habló sobre las posibilidades de la Argentina de ofrecer un producto diferenciado. "En el mercado doméstico, el mayor desafío es transferir la misma percepción de calidad que se le asigna al animal joven a los animales más pesados"; en el mismo orden propuso "simplificar las formas de consumo para que el ama de casa pueda pensar más en lo que necesita para su plato y deje de pensar en uno o dos cortes". Respecto de las posibilidades de la carne argentina en los mercados del mundo hizo la diferenciación entre los que compran carne para procesos de manufacturas, cuestión vinculada a los aspectos de la inocuidad y seguridad alimentaria; y la demanda de cortes Premium: "Acá hay un gran potencial", destacó. También marcó que el país tiene una “gran ventaja” porque no se usa promotores de crecimiento.
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